













Junto a la sincronía de aplicados músicos que interpretaron a la perfección los temas de Pink Floyd, en especial del disco "The dark side of the moon", Roger Waters cumplió con su leyenda. El bajista inglés se retiró ovacionado del Estadio Nacional por más de 50 mil personas que agradecieron el sonido de lujo y su impecable puesta en escena.
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