Diez chilenos terminaron esposados por la policía canadiense tras la derrota ante Argentina. Hasta la una y media de la madrugada estuvo detenida la Sub 20. Según los jugadores, el incidente se desató cuado ellos quisieron saludar a los hinchas y fueron reprimidos con gas paralizante (gas pimienta) y golpes de corriente lo que se puede hasta interpretar como un acto racista de parte de la policia, incluso impidieron el desempeño informativo de la prensa y cortaban las imagenes sin poder registrar el momento de la agrecion, que hasta a la prensa fue agredida.




